Tengo una tendencia natural a meditar, analizar y en general a pensar mucho. Esto me ha ayudado mucho en mi vida porque me ha dado una compresión un poco más profunda del mundo.
El otro día estaba en el transporte público y meditaba acerca de mis motivaciones. Tengo que decir que he sido bastante afectado por la teología de Jhon Piper y sus planteamientos sobre la felicidad.
Todos tenemos una ecuación de la felicidad, es decir cada persona salvo casos excepcionales tiene en su mente una receta que lo hará feliz, y son del tipo si yo tengo aquello sería feliz, si estuviese en tal lugar o en tal sitio sería feliz, si logrará tal objetivo sería feliz si yo fuse famoso sería feliz.
Esta necesidad por ser felices empuja a cada ser humano a hacer cosas, movilizarse y trabajar en pro de obtener eso que en su mente ha creído lo hará feliz.
En forma general la receta de la felicidad para el hombre de hoy ser resume en sexo, fama y dinero.
Tristemente en ese bus me di cuenta de que gran parte de mi vida esta ha sido mi ecuación para la felicidad, solo que durante todo este tiempo he tratado inconscientemente de convencerme de que mi felicidad era Dios y no sexo, fama y dinero.
Y aquí es dónde toco al lugar de Su Presencia porque en mi tiempo ahí , mis deseos fueron sexo, fama y dinero, pero por esa teología mal entendida y engañosa yo había acomodado mis sueños de cierta forma para que se adaptaran a ese "evangelio" y fuesen legítimos.
¿ Por que Dios no me colocaría en lugares de prominencia? ( fama ) ¿Por que Dios no quisiera que yo tuviese una buena casa o un buen carro? (dinero) ¿Por que Dios no quisiese que tuviese una mujer atractiva (sensual)? ( Sexo)
Y esta es la historia que me contado toda mi vida, el auto engaño de millones de evangélicos que persiguen lo que el mundo persigue, que es feliz con lo que el mundo es feliz y el Dios infinito en dignidad es simplemente un medio para alcanzar eso que el corazón realmente anhela y no es Cristo.
Elkin
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